Los bosques primarios forman parte del hábitat de muchos pueblos indígenas. Alrededor de 150 millones de personas dependen de la supervivencia de estos bosques. Muchos de estos pueblos y personas son desalojados, aunque vivan en las selvas desde tiempos inmemoriales. Casi nunca se les da el derecho de intervenir en las decisiones o en lo que pasa en su ambiente. Y con la destrucción, se quedan sin hogar.
Pueblos indígenas del Amazonas:
Sólo en Brasil la selva es el hogar de más de 20 millones de personas, incluyendo a unos 180.000 amerindios y muchos más cablocos (habitantes tradicionales del bosque amerindio y portugués). Estas comunidades dependen del bosque para vivir. De la selva extraen comida, refugios, herramientas y medicinas. Además, los bosques juegan un papel crucial en su cultura y sus creencias religiosas.Los Deni viven en la zona occidental del Amazonas brasileño. Su territorio tradicional tiene 1,5 millones de hectáreas, y es su hogar y su fuente de vida. Los 666 Denis –según censo de 1999–, tienen muy poco contacto con el mundo exterior: sus poblados sólo pueden alcanzarse por barco o hidroavión. La empresa maderera WTK compró una gran extensión de bosque. WTK quería talar también las 150.000 hectáreas que se solapaban con el territorio Deni. Sin embargo, estos no se conformaron y exigieron que el Gobierno cumpliera su promesa: demarcar la superficie tradicional de los Deni y así, legalmente, poder reconocer su derecho territorial. Los Denis no se fiaron de estas promesas y, en septiembre de 2001, comenzaron ellos mismos a demarcar sus fronteras con la ayuda de Greenpeace. En agosto de 2003 el Gobierno brasileño terminó esta demarcación. Hoy, los Deni pueden continuar con su forma de vida tradicional en el bosque.
Pueblos indígenas de la jungla del sudeste asiático:
En Nueva Guinea se hablan más de 800 lenguas, un tercio de las lenguas existentes en todo el mundo. Muchas de estas culturas dependen de los bosques para mantener su forma de vida, tal como ha sucedido desde hace muchas generaciones.En 1999, la papelera BPP comenzó a talar el Bosque Primario en Borneo, en las cercanías del pueblo Rumah Nor. BPP había conseguido una licencia oficial y, con ella, el derecho a talar un millón de hectáreas de bosque y repoblarla con plantaciones de rápido crecimiento. Los pueblos indígenas que vivían allí nunca fueron implicados en este acuerdo, ni siquiera fueron informados. Sin embargo, dos años más tarde estos pueblos consiguieron un hito para las comunidades que luchan por sus derechos territoriales en Malasia. Un nuevo juicio confirmó los derechos de los pueblos indígenas y BPP tuvo que dejar de destruir el bosque húmedo de los Rumah Nor. Las organizaciones que ayudaron a demarcar los territorios de las comunidades indígenas contribuyeron decisivamente a este triunfo.
Los pueblos indígenas de África CentralVarios cientos de pueblos indígenas viven en la cuenca del Congo. Todos dependen del futuro de los bosques. Los dos grupos principales son los Bantú occidentales y los llamados Pigmeos. Estos últimos pertenecen a un gran número de grupos étnicos y viven en nueve países africanos. Prefieren ser llamados por el nombre de su grupo étnico ya que la denominación de Pigmeos es una simple generalización. Viven de la caza y de la fruta que recogen en el bosque, que también saben usar como medicina. El bosque es su razón de ser y de vida, el hogar de su cultura y su espiritualidad. «La Foret pleure» –el bosque llora–. Así describe la tribu Baka (de etnia pigmea), el crujido que producen los árboles al caer sobre el sotobosque, que sigue al chirriar de las sierras mecánicas.En Camerún, el bosque “llora” cada vez más y por ello la situación de los Baka es cada vez más desesperada. Más y más personas tienen que abandonar su hogar y huir a regiones colindantes. Jacques Ngoun es un Bagyeli que, como los Bakas, pertenece al grupo pigmeo. También el futuro de su pueblo se ve amenazado por la tala: “La industria maderera destruye nuestro bosque..., roba el futuro de nuestros hijos. Pedimos al Gobierno que no nos olvide y que haga, por fin, algo contra la destrucción de los bosques. Algo que haga que nuestro futuro no sea negro como una noche sin estrellas.
Pueblos indígenas de Sudamérica:
Muchos pueblos indígenas tienen su hogar en América del Sur. En Argentina y Chile, los Mapuche de Huitrapulli; los Pehuenche, viven en los bosques de araucarias en el Valle de Quinquen chileno; o el pueblo Wichi, en el norte de Argentina. Tradicionalmente, estos pueblos han sobrevivido gracias a la riqueza natural del bosque donde habitan. Además, estos bosques son la base de su religión, su espiritualidad y su cultura.El pueblo Wichi lucha por el reconocimiento de sus derechos. Desde 1966 el Gobierno les ha prometido mucho. Sin embargo, los Wichi siguen sin tierras mientras observan como su territorio tradicional es destruido. Los bosques donde cazaban y recogían fruta han sido usurpados por colonos y convertidos en tierras de cultivo. Los animales domésticos de los colonos contaminan los pozos de agua, y las fumigaciones de algodón, judías y cacahuetes envenenan los huertos de los Wichi. Para el gobierno argentino los indios son un estorbo. Estropean sus planes de aprovechamiento del terreno con plantaciones arbóreas de alta rentabilidad, pero poca sostenibilidad.
Pueblos indígenas de NorteaméricaMiles de indígenas viven en y de estos bosques. Por ejemplo, los Eyak o los Chugach en el sudeste de Alaska; o los Hupa y los Yurok en el Norte de California. En Canadá viven alrededor de un millón de habitantes indígenas -los pueblos de la asamblea First Nations, los Inuit y los Metis. De ellos, casi el 80% vive en reservas o pueblos que se encuentran en los bosques boreales. El bosque no sólo les proporciona alimento y protección, también influye decisivamente en su vida.El pueblo de los Nuxalk, por ejemplo, vive desde hace 10.000 años en el corazón del bosque “Great Bear Rainforest”; en la costa occidental de la provincia canadiense de Columbia Británica. En el proceso de colonización han sido diezmados y se ha puesto en peligro su herencia cultural. De unos 30.000 habitantes han pasado a ser nada más que 2.500. También aquí la mayor amenaza proviene de las grandes madereras. Una de las fuentes de alimento principales de los Nuxalk es el salmón. La tala de grandes superficies boscosas tiene como consecuencia la contaminación de los ríos: los salmones no pueden desovar y muchos de sus criaderos se ven destruidos. Desde hace muchos años, los Nuxalk luchan por su soberanía, su independencia y por el derecho a vivir en su territorio de forma tradicional. Luchan pacíficamente por el reconocimiento de sus derechos, hasta ahora sin éxito.
Pueblos indígenas de los bosques europeosLos bosques boreales son el hogar de decenas de miles de indígenas. En la parte norte de Escandinavia y en la región rusa de Murmansk habitan, por ejemplo, los lapones, que viven de la crianza de renos. Más al este, en la región de Archangelsk y en la República de Komi, viven los Nenets y los Komis. Los Nenets habitan la región polar del nordeste de Europa y el noroeste de Siberia. Su mundo es la tundra y el bosque-tundra, una región helada con numerosos ríos y regiones pantanosas.La cultura y la lengua de los Nenets están desapareciendo. Ya hace siglos, las migraciones de los Nenets se regían por los ciclos de los renos. Vivían como cazadores y pescadores y adecuaban su vida a la tundra. A principios del siglo XX, el Estado soviético estableció granjas colectivas y obligó a los Nenets a dejar su vida nómada. Desde los años 50, el hábitat de este pueblo ha sido destruido por los grandes grupos de empresas madereras, petrolíferas y químicas: los Nenets perdieron tierras de pasto y los asentamientos industriales trajeron lluvia ácida y contaminación ambiental. Los metales pesados y otras sustancias venenosas se acumulan en los musgos y, con ellos, en los renos. A través de estos últimos se introducen en la cadena alimenticia de los Nenets. Por su parte, las regiones de Komi y Archangelsk observan como se acelera la destrucción de los bosques. El destino principal de esta madera son los mercados de Europa occidental y Finlandia.Los lapones son los últimos pueblos indígenas de Europa. Viven en el norte de Escandinavia y en partes de Rusia. Como los Nenets, su cultura está marcada por la crianza del reno, la caza y la pesca. El bosque les proporciona exquisiteces como setas, corteza de abedul para infusiones, bayas, miel, nueces y numerosas plantas medicinales. La cría del reno, aunque se ha modernizado, sigue siendo el punto central de su cultura. La industria maderera y la búsqueda de materias primas amenazan la base de la vida lapona: el bosque.
Pueblos indígenas de la taiga siberiana:
Los bosques nevados de la Rusia asiática son también el hogar de pueblos indígenas. Por ejemplo, los Nanai, que habitan sobre todo las orillas del río Amur en la región de Khabarovsk. Desde hace siglos, los Nanai o “gente del lugar” tienen allí sus terrenos de caza y pesca. La estación del año es la que determina qué y para qué se caza. Y la pesca constituye una rica fuente de alimentación. Tradicionalmente, de las pieles del pescado fabrican zapatos y ropa. Como otros pueblos de la antigua Unión Soviética, también los Nanai fueron obligados a vivir en granjas colectivas. Actualmente, su hábitat y la supervivencia de su cultura se encuentran gravemente amenazadas. Las industrias rusas llenan el río Amur de basura venenosa.
INFORMACIÓN RECOGIDA EN: www.greenpeace.org
lunes, 2 de noviembre de 2009
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